La cuarta fase

Quien quiera creer, que crea. Quien quiera ignorar, que ignore. Me da exactamente igual. El tema está en que ayer salí del cine sobrecogida, afectada y con ganas de llorar. Sí, la culpa la tuvo La cuarta fase.

Pensé que iba a ver una película más de ciencia ficción sobre estraterrestres y OVNIs. Sólo eso. Me encontré un drama aterrador basado en testimonios (para los incrédulos, he dicho testimonios, no hechos) reales. Una historia de desperación e impotencia ante lo que no se puede controlar.

La película comienza con una estupenda (su papel me dejó bastante satisfecha) Milla Jovovich explicando los hechos, presentando al personaje al que iba a interpretar, asegurando la utilización de imágenes, sonidos y grabaciones reales y avisando de unas escenas perturbadoras. Perturbadoras. Yo no las habría descrito mejor.

Una psicóloga. Unos estudios que su marido dejó sin terminar. Unos pacientes con algo en común: no puedo dormir, están detrás de mi puerta. Lo que experimentan en las sesiones de hipnosis es tan aterrador a veces que tuve que taparme los oídos. Algunas imágenes eran sobrecogedoras, sobre todo cuando te enseñaban a un mismo tiempo imagen real (de mucha peor calidad) y dramatización.

Los testimonios de la psicóloga son bastante duros. La película (que yo consideraría un cruce entre película y documental) también. Eso sí, no es para pasar el rato. Si van con la intención de ver un filme de terror se aburrirán. Si les interesan, como a mí, estos temas, apreciarán la película y la valorarán, pero saldrán de la sala algo afectados.

Muy buena.